Todos sabemos que no debemos gritarles a nuestros hijos. Pero, en estos momentos los padres están muy estresados y la frustración y el enojo son inevitables. Abrumados con todo lo que se les ha pedido que hagan, terminan perdiendo los estribos con los niños que tampoco están mostrando su mejor comportamiento. Pero cuando las circunstancias no son normales, la crianza no será normal.
Inmediatamente después de que se cerraron muchas escuelas y lugares de trabajo, hubo cierta presión y empuje para que los padres vieran la crisis del coronavirus como una oportunidad, para que no perdieran este tiempo extra con sus hijos, dice Stephanie Lee, PsyD, psicóloga clínica del Child Mind Institute. “Se estaba estimulando a los padres a organizar los armarios de sus hijos, trabajar en sus habilidades matemáticas, etc., pero de manera realista, eso es totalmente absurdo. Es más importante superar esto y manejarse lo mejor que pueda en una situación menos que ideal”.
Es hora de bajar nuestras expectativas. Usted no puede hacer todo lo que normalmente hace como padre, empleado o socio. En vez de eso, los expertos recomiendan centrarse en su estado emocional y el de sus hijos y esforzarse por mantener una dinámica familiar positiva.
“Si no hace nada académicamente y solo se enfoca en su relación con sus hijos, entonces será un tiempo bien aprovechado”, explica Rebecca Schrag Hershberg, PhD, psicóloga clínica y asesora de padres. “Los niños no pueden aprender si no se sienten seguros y amados. Si hay presión en las conexiones del hogar y hay un ambiente tenso y miserable, el cerebro de su hijo no asimilará lo que está aprendiendo porque está estresado y enojado. Su relación es la precursora para que todo lo demás encaje bien en su lugar”.
En este momento hay tantas dificultades de crianza que mantener la calma no es fácil. Le mostramos formas de manejar algunos de los problemas más desafiantes.
Lo que se les pide a los padres que hagan es imposible, por lo que deben priorizar. Lo más importante es asegurarse de que todos estén a salvo y que se satisfagan sus necesidades básicas. Después, determine lo que usted y sus hijos pueden lograr a diario de manera realista, y luego trate de estructurar los días de todos para que no se sienta abrumado. Esto puede significar que cada niño come y/o hace su trabajo escolar en diferentes momentos.
Compartir sus percances e incluso encontrar el humor en ellos es importante, especialmente en este momento. Pero sabemos que es nuestro trabajo modelar un comportamiento apropiado. Una vez que comienza a hacer un berrinche, es difícil controlarlo, así que planifique con anticipación. Por ejemplo, cuando se sienta molesto, tómese un tiempo de tranquilidad para usted mismo, incluso si solo son cinco minutos en el baño.
Cuando pueda, también es útil ser proactivo para recargar energías. Programar cortos periodos de tiempo para hacer cosas que le gustan puede ser una forma de evitar su propia frustración antes de que comience. Pruebe reservar 15 minutos para leer, hacer ejercicio, un proyecto creativo o cualquier otra cosa que lo ayude a sentirse enfocado. Recordar que ese momento está ahí para usted puede ser una fuente de calma en momentos especialmente desafiantes.
Fuente: Child Mind Institute
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